“¿Por qué lloro antes de un parcial?”: un taller para entendernos y cuidarnos en la vida universitaria virtual

El corazón acelerado, la mente en blanco y esa sensación de no dar abasto. ¿Te ha pasado alguna vez? Muchos estudiantes, incluso después de estudiar, se preguntan: “¿Por qué me siento así justo antes de un parcial?” Con esta pregunta como punto de partida —que representa el sentir silencioso de muchos—, la Universidad Santiago de Cali abrió el diálogo en el taller Manejo de las emociones, realizado el 28 de abril con estudiantes de los programas virtuales de Derecho, Administración de Empresas, Contaduría Pública e Ingeniería de Sistemas. 

Este espacio, orientado por la psicóloga Natalia Barberena, quien no llegó con fórmulas mágicas, sino con herramientas prácticas para aprender a gestionar lo que sentimos y no dejar que nuestras emociones nos pasen factura justo cuando más las necesitamos.  

Porque sí, estudiar desde casa también cansa. También agobia. La carga académica, el trabajo, la familia y las tareas se cruzan en la misma mesa, en la misma cabeza y, muchas veces, en el mismo minuto. Por eso, el taller no se centró solo en emociones, puso el foco en cómo enfrentarlas con conciencia y estrategia. 

Desde el primer momento, los estudiantes compartieron cómo se sienten al comenzar un nuevo semestre: motivación, nervios, presión y miedo al fracaso. Se reconoció algo común a todos: aunque el plan de estudios está claro, la experiencia siempre es incierta. ¿Quién será el docente?, ¿cómo evaluará?, ¿entenderé la metodología? Todo eso genera ansiedad. 

En respuesta, la psicóloga propuso una ruta sencilla pero poderosa: entender qué factores internos (como nuestras fortalezas o debilidades) y externos (como oportunidades y amenazas) nos afectan, usando la matriz DOFA. Así, cada estudiante hizo su propio mapa emocional. Las respuestas fueron tan diversas como valiosas: algunos reconocieron como fortaleza su enfoque y empatía, mientras que otros señalaron como debilidad la dificultad para organizar el tiempo o adaptarse a las herramientas tecnológicas. También se identificaron oportunidades como el acompañamiento psicológico de la USC y la posibilidad de aplicar lo aprendido en sus trabajos, frente a amenazas como la sobrecarga laboral, la presión económica o las distracciones digitales. 

Uno de los momentos más significativos fue el cruce de elementos de la matriz: ¿cómo puedo usar mis fortalezas para aprovechar las oportunidades?, ¿cómo compensar mis debilidades frente a las amenazas? Estas preguntas dieron paso a estrategias personalizadas que permiten afrontar los desafíos académicos desde la conciencia emocional y la acción. 

El ejercicio fue más que académico: fue revelador. Cada historia, cada reflexión sumó al entendimiento colectivo de que no estamos solos, que sentirnos desbordados a veces es natural, pero que también hay formas de responder a ello de forma más saludable. Estrategias como planificar el tiempo, hacer pausas activas, priorizar tareas y pedir ayuda cuando se necesita, fueron algunas de las claves compartidas. 

Con la guía de sus directores de programa —Natalia Peláez López, John Edwin González Rengifo, María Isabel Peña y Lorena Cerón—, este espacio reafirmó que la Universidad Santiago de Cali no solo forma profesionales, sino personas capaces de cuidarse a sí mismas en medio de las exigencias del mundo actual. 

Y si alguna vez te has preguntado por qué lloras antes de un parcial, tal vez no sea debilidad, sino una señal de que es hora de escucharte. Porque aprender también implica sentir. Y cuidarse también es parte del plan de estudios. 

 

Elaboró,  
Laura Rodríguez, Unidad de Comunicación. 

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