
Cali vivió una tarde-noche de baladas y emociones con Andrés Cepeda en la Arena USC, escenario de dos conciertos que resonaron a lo grande. Desde las cuatro de la tarde hasta bien entrada la noche, el artista bogotano regaló a la comunidad santiaguina un homenaje musical que mezcló sus nuevas canciones con los clásicos que lo han hecho un referente en Colombia y más allá.
El 4 de octubre quedó marcado como un día especial para los asistentes: primero, una función vespertina al filo de las cuatro que permitió a quienes no podían esperar disfrutar desde temprano; luego, a las ocho de la noche, otro espectáculo que reafirmó la devoción del público. El tour “Bogotá: La Gira”, que recorre doce ciudades del país entre agosto y noviembre y busca compartir el espíritu de la capital con todos los rincones, trajo a Cepeda hasta Cali en doble cita.
Desde los primeros acordes, el ambiente en la Arena USC se llenó de magia. Familias enteras, parejas y seguidores entregados se dieron cita para cantar, sonreír y dejarse envolver por ese estilo romántico que caracteriza al intérprete de “Te voy a amar” y “Lo mejor que hay en mi vida”. En medio del público, una pareja protagonizó una propuesta de matrimonio que emocionó a todos, un detalle que le dio aún más ternura y simbolismo a una noche donde el amor fue el verdadero protagonista.
Musicalmente, el concierto fue un viaje por épocas: Cepeda interpretó temas de su nuevo álbum Bogotá, una carta de amor a su ciudad natal, junto a piezas que han dejado huella en el repertorio nacional. Canciones como “Déjame ir”, “Día tras día”, “Por el resto de mi vida” y “El café” hicieron vibrar a grandes y chicos. Con su voz cálida y su puesta en escena impecable, el artista demostró por qué es uno de los cantautores más queridos del país y un verdadero embajador de la música colombiana.
Para la Universidad Santiago de Cali, y para toda la comunidad estudiantil y cultural de la ciudad, es un orgullo que Andrés Cepeda haya escogido la Arena USC no para uno, sino para dos conciertos en un mismo día. Esa confianza y energía derramada refuerzan el estatus del escenario como punto de encuentro cultural y artístico del suroccidente colombiano, proyectando a Cali como una ciudad vibrante y viva en su oferta de espectáculos de talla nacional e internacional.

Más allá de la música, el concierto fue una experiencia sensorial: luces que acompañaban el ritmo, coros que se transformaban en himnos y miradas cómplices que unían a desconocidos bajo una misma emoción. En cada canción se respiró nostalgia, ternura y alegría. Y cuando el show culminó, los asistentes salieron con el corazón apretado y una sonrisa compartida, sabiendo que esa noche habían vivido algo más que un concierto: habían vivido una historia, escrita con las notas y la voz de Andrés Cepeda.
Elaboró,
Laura Rodríguez, Unidad de Comunicación.