“Recaguese de risa en su noche picante” puso a Cali a llorar… ¡pero de la risa!

El viernes 17 de octubre, la Arena USC se convirtió en un consultorio de risoterapia masiva. Desde las 8:00 p.m., Cali dejó los problemas en la puerta y se entregó sin pudor a un espectáculo que fue un auténtico desorden de alegría: Dioselina, Piroberta, Alerta, Jeringa y El Mono Sánchez unieron fuerzas para recetarle al público la mejor medicina: dos horas de carcajadas sin pausa, sin filtro y sin piedad. 

El show arrancó y, desde el primer chiste, ya era claro que nadie iba a salir con la cara seca. Piroberta, con su descaro legendario, abrió la noche recordándonos que la vida amorosa es más peligrosa que la factura de la luz; Dioselina siguió con sus consejos “sabios” que hacen que una termine riéndose… y dudando de sus amistades; mientras que Alerta se despachó con los temas que todos pensamos, pero que solo él se atreve a decir en voz alta. Jeringa imitó medio país —desde los políticos hasta el vecino chismoso—, y cuando creímos que ya no quedaban risas, El Mono Sánchez apareció con su humor elegante y su sello de veterano para coronar una noche que fue puro goce. 

No hubo tiempo para pestañear. Entre improvisaciones, música, y ataques de risa colectivos, el público se volvió cómplice. Nadie se salvó: los de las primeras filas fueron “víctimas” felices de las bromas, los de atrás lloraban de risa, y hasta el equipo técnico terminó contagiado. Más que un show, parecía una terapia grupal donde todos se desahogaban riendo. 

Y es que este tour —que ya ha pasado por varias ciudades de Colombia y sigue sumando fechas— se ha ganado el corazón (y el abdomen adolorido) del público. En redes, los comentarios lo confirman: “Hace rato no me reía así”, “Esto debería estar cubierto por la EPS”, “Necesito otro show urgente”. La química entre los comediantes es tan natural que parece que estuvieran echando cuento en una sala familiar, solo que con luces, escenario y cientos de testigos felices. 

La Arena USC Carlos Andrés Pérez Galindo fue el escenario perfecto para este festival de carcajadas. Sonido impecable, ambiente seguro, energía arrolladora y ese toque santiaguino que convierte cada evento en una experiencia. Desde la entrada ya se respiraba la emoción: parejas, amigos, familias enteras… todos listos para olvidarse de la rutina y recargarse —literalmente— de risa. 

Cuando el show terminó, el público aplaudía de pie, con esa mezcla de dolor abdominal y felicidad que solo deja una buena noche de comedia. “Esto fue un desestrés total”, decía una espectadora entre risas, mientras otro aseguraba que “si las terapias fueran así, nadie tendría ansiedad”. 

“Recárguese de risa en su noche picante” no solo cumplió su promesa, la superó: fue irreverente, sabroso, colombiano hasta los tuétanos y, sobre todo, honesto. Porque al final, entre tanto caos y rutina, reír sigue siendo el mejor acto de resistencia. 

 

Elaboró, 
Laura Rodríguez, Unidad de Comunicación. 

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