Una pasantía que me cambió la vida: más allá del aula, una experiencia transformadora

Por Alba Yulieth García Sánchez 

¿Qué pasa cuando te lanzas al mundo con tu investigación bajo el brazo y muchas ganas de aprender? Lo que pasa es que todo cambia. Cambia tu forma de mirar la educación, de entender tu carrera, de conectar con otros… cambia tu vida. Así fue mi pasantía en la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador, un viaje que comenzó con una firma y terminó siendo uno de los capítulos más poderosos de mi formación como doctora en Educación. 

Junto a mis compañeros de la cohorte V del doctorado —Ana María Chimunja, Ligia Teresa Tobar y Sandro Buitrago— nos embarcamos en esta aventura gracias a los convenios internacionales que la Universidad Santiago de Cali tiene con instituciones de prestigio. El objetivo era claro: salir del aula tradicional, vivir otras realidades educativas, nutrir nuestras investigaciones desde contextos distintos… y vaya que lo logramos. 

En mi caso, este viaje se convirtió en una especie de laboratorio vivencial para profundizar mi investigación doctoral sobre la enseñanza del texto dramático, con un enfoque particular en las prácticas pedagógicas en contextos educativos diversos. Estar allá, sumergida en clases, debates, tertulias académicas, y rodeada de mentes brillantes como la Dra. María Sol Villagómez, la Dra. María Elena Ortiz (mi tutora internacional) y el Dr. Daniel Llanos, me permitió ver mi proyecto desde otras miradas, más amplias, más retadoras. ¡Qué privilegio tener interlocutores tan potentes para la investigación! 

Pero no todo fue teoría. La experiencia fue también profundamente humana. Compartir con docentes como la Dra. Jessica Villamar, el Dr. Saúl Uribe y muchos otros fue como encontrar nuevas piezas para ese rompecabezas que es el currículo educativo. Me uní a proyectos innovadores, debatí ideas, y me permití cuestionar lo que antes consideraba inamovible. 

Y claro, lo personal no se queda atrás. Vivir en otro país, moverse en una cultura diferente, enfrentarse a lo desconocido… eso también forma. Fue un aprendizaje de vida. Me reencontré conmigo, me sentí parte de una comunidad, hice amigos, me apoyé en mis compañeros y encontré en ellos no solo colegas, sino aliados en esta aventura doctoral. 

Hoy no me queda más que agradecer. A la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador por abrirme sus puertas y su corazón. A la Universidad Santiago de Cali, por crear estos puentes que realmente transforman. Y a todas las personas que me acompañaron en este proceso y creyeron en mi proyecto. 

Si me preguntan si vale la pena hacer una pasantía, mi respuesta es un rotundo SÍ. Porque no solo se trata de estudiar fuera del país. Se trata de crecer, de descubrir, de compartir, de cuestionar. Y sobre todo, de volver con el alma llena y las ideas renovadas. 

¿Y tú, que estás leyendo esto, qué esperas para vivir tu propia pasantía? Anímate a cambiar tu vida, transformar tu visión y llevar tu formación académica a otro nivel. ¡Haz que tu historia también merezca ser contada! 

 

Elaboración y edición institucional, 
Laura Rodríguez, Unidad de Comunicación.

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