En la Universidad Santiago de Cali – Seccional Palmira, el cuidado de la salud mental ocupó un lugar central durante las actividades por el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. El pasado 10 de septiembre de 2025, el Programa de Medicina realizó, por cuarta vez, la jornada “Prevención del suicidio en personal de salud: una conversación que salva vidas”, un espacio de encuentro y diálogo diseñado para fortalecer el bienestar de estudiantes y docentes para promover una práctica médica más humana y atenta a las necesidades de quienes ejercen la profesión.
La actividad contó con la guía del Dr. Pablo Moyano, médico familiar, quien a través de su experiencia compartió herramientas para identificar señales de alerta, fomentar el autocuidado y tejer redes de apoyo efectivas. Su intervención subrayó que el conocimiento técnico no basta para enfrentar los retos de la medicina: también es fundamental cultivar la empatía, la capacidad de escucha y la prevención activa frente a problemáticas que pueden afectar a los profesionales de la salud.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 700.000 personas mueren cada año por suicidio, siendo esta una de las principales causas de mortalidad entre jóvenes de 15 a 29 años. En el caso del personal sanitario, estudios internacionales advierten un mayor riesgo debido al estrés laboral, la exposición constante al sufrimiento humano y las exigencias de un entorno profesional de alta presión. Estos factores han hecho que la prevención sea una prioridad inaplazable en la formación de nuevos médicos.
El conversatorio ofreció, además de valiosos contenidos informativos, un espacio orientado a cuestionar y derribar mitos y estigmas que todavía persisten en torno a la salud mental. Hablar del suicidio de forma abierta y responsable, señaló el Dr. Moyano, puede convertirse en un factor protector al generar conciencia sobre la importancia de pedir ayuda, reconocer las emociones y apoyarse en los demás. En este sentido, la USC refuerza la idea de que la medicina debe practicarse desde un enfoque integral, donde el cuidado de la vida incluye tanto a los pacientes como a los propios profesionales.
Los asistentes participaron activamente, planteando preguntas y compartiendo experiencias personales, lo que convirtió la sesión en un espacio de aprendizaje colectivo. El ambiente de confianza permitió abordar tanto el impacto del suicidio en la sociedad como las estrategias institucionales que pueden ponerse en marcha dentro de la universidad para promover entornos académicos saludables y protectores.
La jornada reafirmó el compromiso de la Universidad Santiago de Cali con el bienestar integral de su comunidad educativa. La institución reconoce que su misión formadora va más allá de lo académico: se trata también de formar médicos capaces de reconocer la importancia de la salud mental como un componente esencial de la práctica profesional y del cuidado de sí mismos.
Al cerrar la jornada, quedó claro que la prevención del suicidio requiere de esfuerzos conjuntos, donde el diálogo, la empatía y el acompañamiento son herramientas tan valiosas como el conocimiento clínico. Con iniciativas como esta, la Seccional Palmira fortalece su liderazgo en la construcción de una cultura académica consciente, solidaria y comprometida con la vida.